San Andrés un lugar que me enseñó mucho Blog
Me refiero a San Andrés un lugar que me enseñó mucho, porque aparte de la diversión y el descanso aprendí de su gente. Desde que uno llega lo reciben con una buena atención, que uno se siente tranquilo y sin estrés.
Eso me hizo comprender porque tantas personas viajan a ese lugar, aparte de ser un hermoso lugar es lo que se siente. Por lo menos lo comprobé, al poder caminar por sus calles sin sentir tanto estrés.
Porque no es solamente en el hotel donde uno se hospeda, es el personal de las diferentes opciones turísticas que podemos encontrar. Se preocupan por dar el mejor servicio evitando riesgos, aunque eso implique no realizar la aventura del día.
Por dar un ejemplo, yo había reservado desde antes de ir para el día siguiente a mi llegada una aventura a islas cercanas. Desde que llegué me notificaron que era poco probable que se realizara, debido a las condiciones del tiempo.
Sin ningún problema, me ofrecieron disculpas y la opción de realizarlo el día siguiente, alguna otra aventura o devolverme completamente el dinero. Aclarando que, debido al clima no podían asegurarme se llegara a realizar la aventura.
Menciono la situación del clima, porque logré realizar el paseo con unas condiciones no tan extremas según nos explicaron. No quiero imaginarme, el paseo en el bote en dichas condiciones.
Al final la adrenalina del paseo hizo que mi mente dejara de pensar, así que logré disfrutarlo de cierta manera. Hasta llegar a una especie de pequeña isla con agua cristalina, que permitía ver cada detalle de mis pies.
Se podían ver los arrecifes de coral al realizar buceo a ras del agua o en un bote con el piso de vidrio. Como no soy experta en deportes acuáticos, prefería el bote con el piso de vidrio.
Una experiencia increíble, poder ver con toda tranquilidad los diferentes peces y demás animales acuáticos sin pasar frío o agotarse. Hasta en un momento nos dieron pan, para darle a los peces y logramos sentir el roce con nuestros dedos.
Al regresar a la isla, nos comentaron que se podía ir a una isla cercana caminando sin problema. Teniendo un poco de cuidado con las corrientes, ya que era a pleno mar abierto.
Ni loca que pensé intentarlo, luego conocí a una pareja de Perú que me incluyeron en su aventura. Como iba acompañada, decidí arriesgarme porque al ser de baja estatura no creí que lo lograría.
El susto fue en medio trayecto donde era más profundo, las corrientes eran algo fuertes. Mis compañeros de aventura me animaron, haciéndome sentir que yo podía lograrlo lo que ayudó a no paralizarme del miedo.
En la otra isla realmente no había nada, perteneció a un señor que ya no se encontraba allí. Las vistas eran increíbles, el silencio y la tranquilidad que se sentía no se pueden explicar.
De regreso no fue tan complicado, porque ya tenía idea de lo que me esperaba y logré pasar más rápido para evitar que las corrientes me afectaran tanto. Luego intentamos tomar algo de sol, sobre la arena.
Digo intentamos porque al poco tiempo de estar sentados, la brisa era tan fuerte que levantaba todo. La arena era coral en pequeños pedacitos, que al levantarse con la brisa cortaba la piel.
Por suerte me levanté bastante rápido y me cubrí para evitarlo, pero la joven peruana si la llegó a cortar un poquito. Con eso comprendí completamente, porque te dicen que lleves zapatos especiales de agua.
Poco tiempo después pasamos a disfrutar de un pescado frito que no solamente estaba delicioso, sino que era tanto que casi no lo termino. Jamás pensé que fuera a llenarme porque no era tan largo, pero al parecer si gordito.
Con el estómago tan lleno, pensé que tendría problemas lo que por suerte no sucedió. Regresé al hotel, para el día siguiente ir a mi otra aventura en otra isla cercana.
En la isla pasamos un día tranquilo donde logramos tomar el sol, hasta tomar una bebida con coco deliciosa. Aquí fue que logré ver varios colores en el mar, ya que fue un paseo mucho más para descansar y disfrutar.
Son tantas las experiencias que viví en dicho lugar en tan pocos días, que creo que necesitaré segunda parte. Porque no he contado sobre el hotel donde me hospedé, la comida deliciosa y los jugos de frutas naturales tan refrescantes como deliciosos.
Deja en los comentarios si has visitado la Isla de San Andrés, puedes decir lo que más te gustó o la actividad que más disfrutarse realizar. Así entre todos podremos tener otras ideas para realizar, en caso de poder volver.