Palacio de Versalles un lugar mágico Blog
Desde que tengo memoria, el Palacio de Versalles está grabado en mi mente y no tengo idea la razón. No estoy segura si mi madre me lo describió al hablarme de sus viajes, porque no lo tengo claro.
Lo que sí tengo claro, es que soñaba con estar en ese salón, aunque fuera verlo un momento. Me he imaginado bailando con los vestidos de la época, como si alguna vez hubiera estado allí.
Pues por cosas de la vida tuve la oportunidad de mi vida de ir, casi no voy por mi orgullo de que yo quería ir por mis propios medios. Pero como ya les he dicho, era más fuerte que yo la necesidad de estar en el Palacio de Versalles.
El día anterior yo estaba como una niña, cuando la emoción la embarga y no puede ni dormir. Bueno así pasé la noche anterior, con la ansiedad de lograr ir por fin a ese lugar.
Para mí fue eterno ese viaje en tren hasta el palacio, por eso no puedo ni decirles el tiempo que demoró. Al llegar fui feliz, entramos y nos dieron los audífonos para poder escuchar la guía del lugar.
Por suerte había guía en idioma español, aunque realmente casi no le presté atención, en mi mente estaba grabar mentalmente cada detalle del lugar. Sí escuché la guía, pero al llegar al salón de los espejos grité.
Sí, qué pena, pero la emoción fue tan grande que parecía niña de tres años emocionada. Solamente podía decir, este es el salón de los espejos una y otra vez antes que lo dijera la guía.
Hasta que un poco después, la guía dijo estamos en el salón de los espejos y yo salté. Tal era mi emoción, porque no me había equivocado y lo confirmó la guía del lugar.
Resulta que entramos por una parte del salón que no es donde se ven los espejos, luego uno avanza y puede ver los espejos. Yo me quería quedar en ese lugar y no salir más.
No se permitían fotos dentro del palacio, me imagino que para poder evitar que las luces de las cámaras dañen los colores de las telas o las pinturas. La verdad no tengo idea, pero si no pude tomar fotos porque en ese momento no tenía una buena cámara.
Ver la luz del sol entrar por sus hermosos e inmensos ventanales, reflejándose en los espejos es una experiencia para todos los sentidos. Puedes creer que ese día estaba nublado, pero salió el sol mientras estuve en el salón de los espejos.
Luego al salir al jardín se volvió a nublar, parecía como magia o destino. El jardín es inmenso, que para recorrerlo pasaba un transporte que daba la vuelta por el lugar.
Tristemente, las fuentes estaban en mantenimiento y no pude verlas en todo su esplendor. Solamente logré ver, la gran cantidad de árboles que se perdían en el horizonte.
Y eso que solamente vi una parte del jardín, porque hay una sección donde está el lugar que era favorito de María Antonieta. Al investigar, es otro de los lugares que se deben visitar llamado el Pequeño Trianón.
Mi experiencia fue en invierno muy cerca de la primavera, donde logré ver sin problema cada detalle del lugar. Claro que el lugar no estaba vacío, pero muy tolerable que no tuve problema para conocer el lugar.
Un lugar para visitar que, créeme que te va a encantar y no te vas a arrepentir. No solamente es ir a los lugares modernos, porque las sensaciones y emociones que puedes llegar a sentir si te das la oportunidad son mágicas.
Es un lugar que transmite, todo lo que se vivió en sus años de esplendor. Anímate a visitarlo si vas a París y déjate llevar por lo que se siente en el lugar. Sí tienes la oportunidad de ir, cuéntame tú experiencia y que te pareció.