Un safari diferente en Aruba Blog
Un safari diferente en Aruba, porque no era para ver animales como sucede en otras partes del mundo. Era para recorrer ciertos lugares turísticos, logrando recorrerlo en poco tiempo.
Este lugar lo visité en otro crucero que hice, fue el tercer destino al que fuimos. Más adelante en otras publicaciones, les hablaré de los dos primeros destinos y el resto del recorrido que realicé.
El recorrido se realizó en unos autos todo terreno, muy parecidos a los que se utilizan en los safaris. Sin aire acondicionado, con ventanas de plástico, con mucho espacio para ver hacia afuera y lo necesario para realizar el recorrido sin problema.
La primera parada fue para subir una formación rocosa, bastante peculiar y desde donde se lograba ver gran parte de la isla. Una parada turística, acondicionada para poder subir y bajar de ella sin mucho problema.
Se lograban ver vistas espectaculares desde allí, además que es impresionante ver el tamaño de las rocas. Uno se queda con la duda de cómo no se mueven, también uno se pregunta la manera en que llegaron allí.
El recorrido hacia el siguiente lugar fue de más aventura, porque no sabía que esperar. Pasaba el tiempo y poco a poco, lo que veíamos a nuestro alrededor era arena y más arena.
Lo que más me llamó la atención del lugar, fue el puente natural que observamos durante el recorrido. Al llegar no se ve a simple vista, al bajarme y caminar más hacia el mar es que se logra ver.
La fuerza del mar y el viento en el lugar me dejó claro, porque es que se observa esa formación tan peculiar. Aunque no tengo idea si se mantendrá por mucho tiempo dicha formación, ya que se notaba que el mar seguía la erosión.
Durante el recorrido, logré ver otras formaciones en forma de puentes que al ver la fuerza con la que el agua golpea las rocas nos dan una idea de por qué sucede. Lo que no se podía hacer es caminar sobre el puente, para evitar dañarlo.
En otras áreas del mismo lugar, se notaba como iban haciéndose formaciones en las piedras cercanas al mar. Es increíble ver como la fuerza del mar, logra desgastar las piedras a tal punto de crear diversas formas.
La brisa que se siente en el lugar da la fuerza al mar, para que ocurran dichas formaciones. A pesar de lo espectacular del lugar, da un poco de susto siquiera imaginar con vientos más fuertes como sería.
Las imágenes no le hacen justicia, a la fuerza con la que el mar chocaba con las formaciones rocosas. A pesar del fuerte sonido de la brisa, se lograba escuchar como chocaba con las rocas el mar.
La siguiente parada fue una pequeña capilla, en medio de la nada que es la primera capilla cristiana que se construyó en Aruba. Aunque al parecer, actualmente ya el camino está asfaltado y está rodeada de carritos que venden refrigerios.
Luego nos dirigimos al faro que no se puede subir, pero que desde allí se logran unas vistas espectaculares. Con una brisa bastante agradable, para disfrutar la vista antes de seguir el recorrido.
Finalizamos el recorrido en la playa, para disfrutar del sol y el mar antes de regresar al crucero. A pesar de ser una isla, logramos disfrutar de la playa sin que estuviera muy lleno el lugar.
El agua era cristalina y con una temperatura bastante fresca, por eso no decidí bañarme. Agua fría no es lo que más me llama la atención, pero si logré desconectarme de todo por el tiempo que estuvimos allí.
A pesar de no ir a verlo pude observar en el recorrido de regreso, un molino como los que se ven en las películas. Así como salían que eran en Europa, que yo pensaba que ya no existían.
Es un lugar bastante tranquilo, agradable y con un clima con bastante sol por lo menos el día que estuve. Con todo y el sol, no se sentía mucho calor gracias a la brisa que nos acompañó.
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